He vaciado mis sentimientos en el oasis de la inconstancia, vuelos siderales de una fantasía de las que muchos no podrán jamás comprender, la percepción absoluta de un encuentro fortuito, cruce de miradas, de destinos, en un espacio  existencial  que se  forman con el movimiento de nuestros corazones, enfrentando a la racionalidad absoluta del destino que nos pudiera confundir: nada es fortuito, del todo real  y  sentimos que ha jugado con nosotros.

Después de enfrentar  las constantes del caos, se reflejará la claridad de un sentimiento que ha crecido desde siempre, a pesar del tiempo en que dormíamos, mucho antes de que imaginamos que existíamos,  nada se destruirá entre dunas  de inocencia y la esperanza de que regresarán las sensaciones que habíamos respirado en todo este tiempo…