Después de haber soñado con la soledad, vuelvo a tenerte entre mis brazos, no me detengo a pensar que es lo que he perdido, al mirarte, al ignorarte, al saber que ahí estabas sin estar.
Regresa sin pensar… tus labios me esperan en la madrugada, sólo sueña que no hay barreras para el amor, deja fluir el horizonte más divino, sobre tu piel, empieza a vivir.