Sueños rescatados

En los tiempos de creer que el universo funciona como un suspiro, en donde las ventanas del corazón se cierran y vuelve la desesperanza, donde las montañas parecen tan silenciosas, mientras el mundo gira, en un ciclo tan etéreo, nada parece que cambiará.

En un instante, cuando cierras tus ojos, vuelven a crecer los sueños donde siempre has guardado la capacidad de sentir, ser tu misma, sonreír y compartir inevitablemente, los eclipses de la vida y la entrega incondicional de dos almas, a un punto infinito, donde el cielo es más cercano a la realidad y el tiempo transcurre lentamente, donde los latidos son imperceptibles y las miradas se unen con la esperanza de un día mejor, que suavemente se escucha unas palabras: toma mis manos, no te apartes yo estaré para verte.

Cada mañana, cuando el agua ha tocado tu piel, vuelve la sensación de haber robado un sueño y que nada es real, pero todo es palpable en función de que lo vivimos, porque lo transpiramos con el alma, se respira. Ningún pensamiento será ahora ignorado, porque son trozos de nuestra inconstancia de la vida donde vencemos los miedos, de nuestra piel y de un sentimiento compartido que emana el vapor de una ilusión que se dibuja día con día en el espejo de la realidad.

Reflexión

Cada vez que me pregunto si mi vida ha recorrido espacios irreversibles donde he puesto mis esperanzas fallidas, siempre hay algo fuera de lo común que me ha erosionado, sin razones aparentemente validas. No se si la vida me ha tenido piedad, no se si he sido mejor ser humano, no se si fui a parar estrepitosamente a espacios incorrectos. Quizá ayude muchisímo, no me arrepiento, me di a querer pero como peregrino de este mundo tuve que partir aún sin mi consentimiento; sabía que no era válido que  no era mi opción, no se si ganaría ser un ser humano recordado con cariño o simplemente vivir para mi, gozar mi propia historia sin desprenderme de nada, gozar por ser libre de vivir, con la opción de equivocame.

Saber algo de aquello me haría sentir vivo, saber si sigo presente me hace sentir generoso, tal vez no completamente feliz, no, porque no elegi vivir así, sin embargo este destino me ha sido otorgado y no debo renegar… sacudir ese polvo me caerá bien, renovar mis energías para lo que sigue, recobrar mi esencia, despertar a ese niño dormido que hay en mi interior y vivir mis sueños… retomar ese libro en donde me he quedado y a partir de ahi seguir mi camino. Quiza mañana,  no lo sé.